Interior y maletero del BMW Serie 3

El interior del BMW Serie 3 sigue siendo de los mejor resueltos del segmento: sobrio, muy bien rematado y con una sensación de calidad que lo aproxima más a un Serie 5 que a sus rivales directos. La gran protagonista es la pantalla curva sobre el salpicadero, pero debajo de esa capa digital sigue habiendo buenos materiales, ajustes sólidos y una posición de conducción impecable, con un volante muy regulable y asientos que sujetan bien sin ser incómodos. Visualmente quizá no impacta tanto como un Mercedes Clase C, pero transmite más “coche bien hecho” que artificio.

Delante hay espacio de sobra para conductor y acompañante, con asientos cómodos y muchos reglajes, aunque algunos elementos como el apoyo lumbar o los ajustes eléctricos siguen siendo opcionales según el acabado.

Detrás, el Serie 3 ha mejorado respecto a generaciones anteriores: dos adultos viajan bien de piernas y de cabeza, incluso si superan el metro ochenta. El problema, como siempre en este tipo de berlinas, es la plaza central: el túnel de transmisión es voluminoso y el cojín es más duro, así que es una plaza de uso puntual. Hay anclajes Isofix en las plazas laterales traseras, bien resueltos y fáciles de usar. En cuanto a huecos, las puertas y la consola central ofrecen espacio suficiente para botellas y objetos pequeños, sin ser especialmente generosos pero cumpliendo de sobra en un uso familiar.

Sistema multimedia

El BMW Serie 3 monta la ya conocida BMW Curved Display, que combina un cuadro digital de 12,3 pulgadas y una pantalla central táctil de 14,9 pulgadas, movidas por el sistema operativo BMW ID8.5. El resultado es un sistema rápido, con buenos gráficos y muchas funciones conectadas, con navegador online, servicios remotos y actualización a través de la nube. De serie incluye Apple CarPlay y Android Auto, radio DAB y servicios conectados durante los primeros años.

La parte menos positiva es que BMW ha eliminado casi todos los mandos físicos para el climatizador y la calefacción de los asientos, que ahora se manejan desde la pantalla o por voz. Funciona bien cuando te acostumbras, pero exige apartar más la vista de la carretera de lo ideal. Al menos se mantiene el mando iDrive en la consola, que sigue siendo una bendición para manejar menús sin ir todo el rato “a dedo” sobre la pantalla. El cuadro digital cumple, aunque sus gráficos son algo recargados y no ofrece tanta configuración como el Virtual Cockpit de Audi.

El maletero de la berlina ofrece 480 litros, una cifra correcta para una berlina de su tamaño. No es un “monovolumen camuflado” como un Tesla Model 3, pero sí mejora a rivales como el Mercedes Clase C y el Audi A4 en capacidad pura. La boca de carga es amplia, el espacio está bien aprovechado y de serie cuenta con respaldo trasero abatible en formato 40:20:40, lo que permite combinar equipaje largo con dos plazas traseras utilizables.

Donde el Serie 3 pierde algo es en las versiones 330e híbridas enchufables, que sacrifican parte del volumen bajo el piso para alojar la batería, dejando un volumen de carga de 375 litros. Aun así, para un uso normal de pareja o familia de cuatro sigue siendo un maletero práctico, con formas regulares y detalles útiles como redes y ganchos para sujetar la carga. Si alguien necesita mucha más capacidad, el Touring sigue siendo la opción lógica dentro de la propia gama.