Interior y maletero del Renault Clio

Si andas buscando un coche de este segmento con mucho espacio interior, quizás el Clio no sea una de las mejores opciones. No tiene demasiado espacio para las piernas ni una anchura entre puertas particularmente buena.

A pesar de ello, puede ser una buena opción para el comprador adecuado, pero sí que debes tener en cuenta que, si cuatro adultos corpulentos van a viajar habitualmente en el coche, vais a ir más a gusto en un SEAT Ibiza, por ejemplo.

Medidas interiores frente a sus rivales

Este modelo no destaca frente a sus rivales por amplitud interior, como puedes ver en nuestra sección de medidas interiores del Renault Clio. Un Ford Fiesta y, especialmente, un SEAT Ibiza, tienen más espacio para las piernas y mayor anchura entre puertas. La altura libre al techo, eso sí, está en la media.

Calidad de acabado

Las calidades interiores del Clio son correctas, con plásticos poco refinados, pero sin que por ello el aspecto general esté descuidado o se tenga una sensación de poca solidez. Hay mucha diferencia, eso sí, entre las versiones básicas y las que tienen una gran pantalla central y los asientos más cómodos y mejor tapizados.

En este último caso, el Clio es un coche agradable en el que estar, con un aspecto atractivo y equipamiento de confort suficiente para sentirse a gusto en el coche durante largos viajes. El volante y la palanca de cambios están recubiertos de cuero y, con mucho acierto, Renault ha mantenido mandos físicos, muy bien diseñados, para manejar el sistema de climatización. En las plazas traseras echamos de menos que pueda haber un plafón de lectura o unas salidas de aire.

Aunque el volante y el asiento del conductor tienen regulaciones amplias, se va sentado bastante bajito, lo que será muy agradable para algunos y menos para otros que gusten de una postura más erguida y con mejor visibilidad hacia afuera. No obstante, si te gusta el coche, creemos que conseguirás encontrarte a gusto cuando te pongas al volante.

Multimedia

En función del acabado que elijas, tendrás una pantalla central de 7 pulgadas u otra de 9,3 para el sistema multimedia, que Renault denomina Easy Link. En cualquier caso, nos parece satisfactorio porque resulta fácil de manejar y porque las pantallas se ven bien, aunque la de mayor tamaño es de mejor calidad.

En los dos acabados superiores tienes navegador de serie, pero no llevarlo no es un gran problema, ya que todos los Clio permiten conectar tu teléfono móvil de forma inalámbrica a través de Android Auto y Apple CarPlay, y así utilizar la misma aplicación de navegación que manejes habitualmente con tu dispositivo.

También hay dos tipos de instrumentación con pantalla. La más avanzada tiene una gran pantalla de 10 pulgadas que permite personalizar cómo se visualiza la información, incluida una vista con el navegador como protagonista. La opción inferior tiene una pantalla de 7 pulgadas, con peor resolución que la anterior, entre dos indicadores de aguja.

Como viene siendo habitual, el Clio puede tener un cargador inalámbrico para teléfonos móviles. El sistema de sonido de serie lleva seis altavoces, pero puedes seleccionar uno opcional con ocho, de la marca BOSE.

Los Renault Clio con motor de gasolina tienen un maletero de 340 litros, que está cerca de los más capaces del segmento, a 15 litros del SEAT Ibiza y a 40 del Skoda Fabia. Las versiones con motor Diesel, no obstante, se quedan en 315 litros de volumen debido al espacio que ocupa el depósito de AdBlue, mientras que las versiones E-Tech híbridas quedan muy penalizadas por el sistema de propulsión, con solo 254 litros.

En los dos primeros casos tenemos un maletero aprovechable y de buen tamaño para un coche de este tipo. Tiene formas regulares y, en los acabados superiores, viene con una tabla que se puede colocar a dos alturas por si quieres dejar un pequeño doble fondo bajo el espacio de carga principal. Hay pocos detalles más allá de un punto de luz en el lado derecho y, unas argollas y un asidero en el portón para tirar de él cuando quieres cerrarlo. Los asientos traseros se abaten en dos partes sin llegar a dejar una superficie plana.