El rally más icónico y “caro” del mundo arranca: 420 coches históricos y hasta 67.000 € por participar
18 de junio de 2025 de David Díez
Disfruta el cambio de coche
La carrera más legendaria del automóvil clásico arranca motores en Italia y Carwow la vive desde dentro, como vehículo de apoyo de un Fiat histórico, al volante de un Fiat 600 Hybrid.
La Mille Miglia es sinónimo de prestigio, historia y exclusividad. Desde su creación en 1927 hasta su interrupción en 1957, esta carrera fue una de las grandes epopeyas del automovilismo. Hoy, renacida como rally de regularidad, sigue recorriendo más de 1.600 kilómetros de carreteras italianas, conservando el espíritu original pero adaptado a los tiempos.
Su valor no solo reside en el trazado, sino también en su estricta normativa. Solo pueden participar modelos construidos entre 1927 y 1957 —o vehículos con características históricas excepcionales—, y es obligatorio que conserven su configuración original. La organización realiza una meticulosa selección previa entre cientos de solicitudes y cada coche debe pasar por una ceremonia técnica llamada “punzonatura”, donde se verifican seguridad, documentación y autenticidad.
El rally más caro del mundo
La Mille Miglia 2025 reúne a 420 coches históricos venidos de todo el mundo. Marcas como Bugatti, Alfa Romeo, Lancia, Ferrari o Mercedes-Benz están representadas con modelos únicos, muchos valorados en cifras millonarias. La inscripción básica parte de 12.200 euros, pero existen paquetes superiores: el Gold (14.640 €) y el Platinum, que asciende a 67.100 euros e incluye alojamiento para seis personas, inscripción directa y siete noches en hotel.
Para participar, además del coste económico, se requiere una logística compleja, la restauración o conservación impecable del coche, y asumir una normativa exigente. Cada vehículo va equipado con GPS oficial para controlar velocidad y recorrido, y cualquier infracción de las reglas o del código de circulación puede ser sancionada. La Mille Miglia no es un desfile: es una competición seria basada en la regularidad, donde cada segundo —y cada milésima— cuenta.
La Mille Miglia fue escenario de hazañas legendarias. Stirling Moss, Juan Manuel Fangio o Clemente Biondetti firmaron algunas de las gestas más memorables del automovilismo aquí. Hoy, muchos de los coches que protagonizaron aquellas historias están de nuevo en carretera, restaurados con mimo y pilotados por coleccionistas, expilotos o incluso descendientes de los grandes nombres del pasado.
Regularidad frente a velocidad
El sistema de competición de la Mille Miglia se basa en la regularidad. Los equipos deben completar tramos cronometrados a una velocidad media concreta y mantener una hoja de ruta estricta. Las pruebas de tiempo son extremadamente exigentes: cada segundo, o incluso cada milésima, influye en la clasificación.
Para nivelar la competición, la organización aplica un sistema de coeficientes que beneficia a los vehículos más antiguos, permitiendo así que modelos de los años 20 o 30 puedan competir en igualdad de condiciones frente a coches fabricados en los años 50. El resultado es una carrera donde la antigüedad y el pilotaje se combinan para escribir una narrativa única.
Carwow, al volante de un clásico… moderno
Este año, Carwow participa en la Mille Miglia como vehículo de apoyo oficial de uno de los Fiat clásicos inscritos en la prueba, de la mano de la propia marca durante las tres últimas etapas. Acompañamos cada etapa del recorrido ofreciendo soporte logístico y técnico, y lo hacemos al volante de un modelo con mucho simbolismo: el nuevo Fiat 600 Hybrid, una reinterpretación electrificada del mítico urbano italiano y con los que Fiat quiere celebrar el 70 aniversario del clásico urbano.
Esta posición privilegiada nos sitúa dentro del convoy, observando la carrera desde la mejor perspectiva posible: entre bastidores, pero en plena acción. Nuestra misión es doble: garantizar el seguimiento del vehículo histórico asignado y contar, desde dentro, todo lo que ocurre en esta edición tan especial.
Etapa 1: Brescia – Bolonia, primera parada hacia el sur
La jornada de ayer, martes 17 de junio, dio el pistoletazo de salida a la edición de 2025. Como cada año, la Piazza della Vittoria de Brescia ha sido el punto neurálgico del arranque, donde los coches pasaron por el control de punzonatura y posteriormente cruzaron el arco de salida entre aplausos mezclados con el ritmo de los motores de los coches.
El destino de esta primera etapa es San Lazzaro di Savena, a las afueras de Bolonia. Un total de 330 kilómetros de carreteras secundarias, pueblos con balcones llenos de banderas y miles de espectadores saludando el paso de los clásicos. No se trata de velocidad, sino de precisión: cada tramo tiene tiempos marcados, y cada segundo de adelanto o retraso se convierte en penalización.
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