Precio y opinión del Mercedes GLC Coupé

El Mercedes GLC Coupé es, sin duda, una propuesta muy atractiva en términos de diseño y refinamiento, pero también plantea la eterna cuestión de los SUV coupé: ¿vale realmente la pena frente al modelo convencional?

El interior es uno de sus puntos más sólidos, con una atmósfera premium gracias al doble display (12,3” y 11,9”), un sistema MBUX muy intuitivo y buena calidad constructiva general, aunque con algunos detalles en cuanto a los plásticos de la consola central que dejan que desear. Los pasajeros traseros no sufren tanto como cabría esperar con la caída del techo: incluso dos adultos altos viajan cómodos, aunque la luminosidad es menor si no se opta por el panorámico. El maletero, con 545 litros, sorprende para bien y apenas cede frente al SUV.

En cuanto a dinámica, el GLC Coupé mantiene la comodidad como su mayor virtud. Con la suspensión neumática AIRMATIC y el eje trasero direccional, filtra baches con autoridad y se muestra muy refinado en autopista. No obstante, no es un coche que invite a una conducción deportiva: la dirección no transmite demasiado y la caja de cambios, aunque suave, puede ser lenta en las reducciones. La respuesta del 2.0 diésel mild-hybrid es suficiente, más por su capacidad de mantener cruceros altos sin esfuerzo que por sensaciones al acelerar.

El aislamiento acústico es notable, con apenas algún gruñido del motor, y la eficiencia sorprende con un consumo medio real que ronda los 6,8 litros a los 100 km. A nivel de practicidad, pierde algo de visibilidad trasera y espacio frente al SUV, pero no es dramático.

El gran obstáculo es el precio: cuesta 2.750 € más que el GLC SUV, ofreciendo menos versatilidad y sin mejoras dinámicas. Aquí el factor emocional pesa más que la lógica: es un coche para quien valora el diseño coupé por encima de la practicidad y la racionalidad económica.

Frente al GLC convencional, este modelo apuesta claramente por el diseño y la emoción, sin renunciar a la tecnología y al confort que caracterizan al superventas de Mercedes. Mide 4,77 metros, por lo que es 4,7 centímetros más largo que el SUV, cuenta con una aerodinámica mejorada (Cx 0,27) y un maletero que sorprende por capacidad: 545 litros en las versiones mild hybrid, apenas 75 litros menos que el GLC. Incluso los híbridos enchufables, con batería bajo el piso, mantienen una cifra competitiva de 390 litros.

La gama de motores está completamente electrificada, con opciones mild hybrid de 48V y plug-in hybrid capaces de homologar más de 100 km en modo eléctrico, algo inédito entre sus rivales. A esto se suma una dotación tecnológica de primer nivel: el sistema MBUX de última generación con pantallas de 12,3 y 11,9 pulgadas, navegación con realidad aumentada y funciones inteligentes como el asistente de voz o la integración con el hogar conectado. En el apartado de seguridad, el paquete Driving Assistance Plus estrena asistentes más avanzados, como la detección de carril con cámara de 360°, el control de crucero adaptativo mejorado o la alerta de semáforo en rojo.

Mercedes no olvida tampoco el confort, con una suspensión neumática AIRMATIC opcional y dirección en el eje trasero que hacen del GLC Coupé un coche más ágil en ciudad y más estable en autopista. El aislamiento acústico, el techo panorámico y los programas de bienestar ENERGIZING refuerzan la sensación de viajar en un SUV premium de corte muy refinado.

En cuanto a rivales, la comparación es obligada. Frente al BMW X4, el GLC Coupé apuesta por un confort superior y una habitabilidad más generosa, aunque sacrifica algo de dinamismo en conducción deportiva, donde el modelo bávaro sigue marcando la referencia. El Audi Q5 Sportback, por su parte, queda algo por detrás en autonomía eléctrica y capacidad de maletero, lo que refuerza el atractivo del Mercedes para quienes buscan un SUV coupé tecnológico y con un extra de practicidad.

La gama del nuevo Mercedes-Benz GLC Coupé está compuesta íntegramente por versiones electrificadas, todas con tracción total 4MATIC y cambio automático de nueve relaciones. La oferta se divide en mild-hybrid, híbridos enchufables y las versiones deportivas Mercedes-AMG.

Mild Hybrid (Etiqueta ECO)

Los motores de gasolina y diésel incorporan un sistema de hibridación ligera de 48 V con un generador de arranque integrado (ISG), capaz de aportar hasta 23 CV y 200 Nm extra en fases de apoyo. Esto se traduce en arranques suaves, función de planeo y un start/stop prácticamente imperceptible, además de mejorar la eficiencia.

• GLC 200 4MATIC (Gasolina, 204 CV, 320 Nm)

0-100 km/h: 7,9 s

Velocidad máx.: 227 km/h

Consumo medio WLTP: 8,0-7,1 l/100 km

• GLC 300 4MATIC (Gasolina, 258 CV, 400 Nm)

0-100 km/h: 6,3 s

Velocidad máx.: 246 km/h

Consumo medio WLTP: 8,2-7,3 l/100 km

• GLC 220 d 4MATIC (Diésel, 197 CV, 440 Nm)

0-100 km/h: 8,1 s

Velocidad máx.: 225 km/h

Consumo medio WLTP: 5,8-5,1 l/100 km

• GLC 300 d 4MATIC (Diésel, 269 CV, 550 Nm)

0-100 km/h: 6,4 s

Velocidad máx.: 249 km/h

Consumo medio WLTP: 6,1-5,5 l/100 km

Híbridos enchufables (Etiqueta CERO)

La oferta PHEV incluye dos variantes, una de gasolina y otra diésel, ambas con una batería de 25,3 kWh útiles (31,2 kWh brutos) que permiten una autonomía homologada de hasta 123 km en modo eléctrico, la más alta de su categoría. Admiten carga en CA a 11 kW y en opción carga rápida en CC a 60 kW (aprox. 665 €).

• GLC 300 e 4MATIC (Gasolina + eléctrico, 313 CV)
• GLC 300 de 4MATIC (Diésel + eléctrico, 333 CV)

Mercedes-AMG

En lo más alto se sitúan las versiones firmadas por AMG, ambas con electrificación:

• GLC 43 4MATIC Coupé: 421 CV, hibridación ligera, etiqueta ECO.
• GLC 63 S E PERFORMANCE Coupé: 680 CV, híbrido enchufable con 12 km de autonomía eléctrica, etiqueta ECO.