Precio y opinión del Mazda CX-60

Texto por Álvaro Ortega

El Mazda CX-60 es un SUV grande, con un tamaño mayor al del CX-5. Mide 4,75 metros de longitud, tiene cinco puertas y cinco plazas, y es el primer modelo de la marca que estrena plataforma larga preparada para diferentes sistemas de propulsión. Cuenta con un maletero realmente espacioso para su tamaño, de 570 litros.

La primera versión disponible es híbrida enchufable, con tracción integral. La hemos probado y te contamos lo que nos ha parecido en la información del CX-60 PHEV. A finales de 2022 llegará una versión diésel, y a principios de 2023, una de gasolina, ambas con motores de 6 cilindros de nuevo desarrollo y con hibridación ligera, que estarán disponibles con tracción trasera.

Por tamaño hay numerosas alternativas al CX-60, como el Skoda Kodiaq, el BMW X3 o el Audi Q5 , aunque solo estos dos últimos tienen versiones PHEV con un nivel de potencia similar al Mazda.

El equipamiento de serie del Mazda CX-60 es bastante completo, incluye aire acondicionado bizona, sistema multimedia con pantalla central de 12,3 pulgadas con Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, navegador, control de crucero y llantas de 18 pulgadas (en opción pueden ser hasta de 20″).  Para el resto de acabados, Exclusive-Line, Takumi y Homura, se encuentran disponibles distintos paquetes opcionales como el Driver Assistance, Convenience & Sound y Comfort, además de un techo panorámico. Las llantas más grandes que puede llevar son de 20 pulgadas.

La versión híbrida enchufable cuenta con un motor 2.5 de gasolina más un motor eléctrico, para dar una potencia conjunta de 327 caballos. El Mazda CX-60 también dispondrá de un motor gasolina e-Skyactiv X de nueva generación, de 3.0 litros y 6 cilindros en línea. También habrá una versión diésel e-Skyactiv D de 3.3 litros, también de 6 cilindros, con dos niveles de potencia. Ambos equiparán un sistema de hibridación ligera de 48 V, Mazda M Hybrid Boost, con un sistema de frenada regenerativa.

Las tres motorizaciones cuentan con una nueva transmisión automática de 8 velocidades y el sistema de tracción total i-Activ AWD de Mazda, que reparte el par entre ambos ejes. Este sistema envía casi toda la potencia a las ruedas traseras (un 90 % en condiciones normales) y, si es necesario, hasta un 50 % a cada eje. Las versiones con motor diésel y gasolina estarán también disponibles solo con tracción trasera. Por último, el selector Mazda Intelligent Drive (Mi-Drive) permite elegir entre cuatro modos de conducción (más el modo EV en la versión PHEV).

Conducción

Tras probar el CX-60 diésel de 200 caballos, mi sensación general no ha sido tan satisfactoria como cuando probé la versión híbrida enchufable. Guardaba un recuerdo mejor del confort general del coche, y no sé si tiene que ver que ahora he hecho más kilómetros, o que realmente hay una diferencia entre ambas versiones, en cuyo caso es extraño porque las variantes PHEV suelen ser las que peor se desenvuelven dinámicamente dado su mayor peso.

El CX-60 diésel es un buen coche para conducir a ritmo tranquilo, sin aspavientos ni deseos de enlazar curvas rápido. En autovía a 120 km/h es un coche cómodo y satisfactorio. A velocidad elevada esa tranquilidad poco a poco se esfuma por dos motivos: el ruido del aire es mayor del deseable para un coche de este precio, y la suspensión no absorbe con eficacia los movimientos de carrocería. La sensación es como si el eje trasero y el delantero no trabajasen al unísono, de forma que atrás se sienten más los golpes secos que delante y el confort se resiente. Al coche tampoco le gusta especialmente la conducción agresiva, porque la carrocería se balancea ostensiblemente cuando llegan las curvas o la carretera se ondula.

La mejor cualidad del CX-60 diésel es su consumo en relación a su empuje. Es un motor solvente, que mueve bien al CX-60, que acelera con fuerza y se siente siempre en plenitud de respuesta, un detalle que no pasa desapercibido a quien ha probado muchos coches con motores pequeños en la actualidad. Se notan los seis cilindros en todo lo positivo, y no en lo negativo, ya que Mazda ha conseguido que gaste poco en cualquier circunstancia. Además de todo eso, suena bien y es refinado.

Consumo

Mazda homologa un consumo medio WLTP de entre 5,0 y 5,2 l/100 km para los CX-60 diésel, bajo para su segmento. En la práctica es normal ver un litro más en el ordenador de viaje, pero sigue siendo un dato excelente si tenemos en cuenta el tamaño del coche, lo que corre y lo bien que acelera. Además tiene de bueno que es poco sensible al tipo de uso, por lo que si te pesa el pie mucho, tampoco se dispara el gasto.

Prestaciones

Las prestaciones de las dos versiones diésel del CX-60 difieren más en aceleración que en velocidad punta. La versió de 200 caballos pasa de 0 a 100 km/h en 8,4 segundos, que ya es una cifra buena, y alcanza 212 km/h. El más potente, con 254 CV, hace la misma maniobra en un segundo menos, 7,4 s, y alcanza 219 km/h. Son coches buenos para realizar adelantamientos ágiles, pero la velocidad máxima es en ambos casos pobrísima para la potencia y aerodinámica que tienen.

Ayudas a la conducción

Los asistentes a la conducción i-Activsense de los que dispone el Mazda CX-60, entre los cuales hay algunos que el fabricante utiliza por primera vez,  son los siguientes:

• See-Through View o visión 360º en circulación a baja velocidad.
• Control de descenso de pendientes (HDC)
• Cruise Control (i-ACC) con limitador de velocidad basado en el reconocimiento de señales de tráfico.
• Vehicle Exit Warning (BSM), para detectar a los vehículos que se aproximan por la parte trasera.
• Turn Across Traffic Assist
• Frenada de emergencia con detección de peatones SBS-R
• Emergency Lane Keeping o asistente de mantenimiento de carril.

En conjunto el CX-60 es un coche con una apariencia lujosa y señorial, que en sus versiones diésel tiene un motor cuyo refinamiento está fuera de lo común hoy en día, gracias a la sedosidad y poderío con que responde al acelerar. Hay detalles en este SUV que son mejorables, como el nivel de ruido aerodinámico o el confort que brinda la suspensión, que es correcto pero no llega al nivel del que ofrecen otros SUV de lujo.

Te lo aconsejamos especialmente si valoras los interiores de aspecto sobrio y limpio y el extra de sensación de calidad que ofrece un motor de seis cilindros en línea a un coste inferior al de otros SUV similares.