Interior y maletero del BYD Seal

La habitabilidad del Seal es la propia de un coche de su tamaño, quizás un poco escasa en altura, sobre todo en las plazas traseras, pero correcta en longitud para las piernas y en anchura para las plazas delanteras y traseras. Un detalle negativo para los pasajeros de atrás es que no hay espacio para los pies bajo los asientos delanteros (al menos, con estos regulados en su posición baja) y no se pueden estirar las piernas con la misma facilidad que en otros coches que sí cuentan con este hueco como desahogo.

Calidad de acabado

En el BYD Seal he tenido en general buenas sensaciones por la presentación y el acabado del interior. Hay detalles que no puedo considerar descuidados, sino simplemente que no se ajustan a los estándares europeos, donde somos más "exigentes" con la disposición de algunos mandos (los de la consola central), la coherencia de los menús o el funcionamiento sutil y silencioso de algunos avisadores acústicos, que no es el caso ya que en el Seal se hacen patentes casi siempre. Elementos como los huecos de las puertas enmoquetados y con las aristas suaves, los pespuntes del salpicadero y las puertas o el ajuste entre piezas dejan ver que BYD ha puesto suficiente atención en lo que un cliente que gasta más de 40.000 euros puede fijarse. Otras cosas, como por ejemplo la calidad de las dos pantallas, sobre todo la multimedia, dejan mucho que desear, pues se ve anticuada y genera muchos reflejos incómodos.

Multimedia

Tal como he comentado en el apartado anterior, lo que ensombrece el funcionamiento del sistema multimedia es la propia pantalla, más que la interfaz en sí, que sin ser una maravilla, cumple porque es relativamente fácil comprender el orden de los menús y navegar por ella. Sin embargo la superficie táctil parece de otra época, con nula capacidad para evitar los reflejos y una respuesta propia de una pantalla de hace un par de generaciones. Llama especialmente la atención, pues BYD es también fabricante de tecnología doméstica.

EL BYD Seal tiene un maletero principal pequeño (el trasero), aunque va complementado por un segundo hueco bajo el capó delantero, con 53 litros adicionales en cualquiera de las dos versiones, suficientes para llevar, más o menos, el equipaje de cabina admitido en los aviones de una persona. El maletero posterior tiene la tapa del piso practicable para dar acceso a un alojamiento extra en el que ocultar bultos pequeños.