He probado el Dacia Duster G-Hybrid 150 4×4 en el desierto de Marrakech y me ha sorprendido: ligero, duro y realmente eficaz
11 de diciembre de 2025 de Álvaro Ortega
Disfruta el cambio de coche
Ruta de más de 100 kilómetros por el desierto de Marrakech para poner a prueba el nuevo sistema 4×4 del Duster híbrido con motor eléctrico trasero. No hay excusas, ni trampas: llantas de serie, neumáticos all season y mucha piedra. Y sí, funciona.
Si tienes un SUV, casi seguro que no lo quieres meter por un camino serio, y mucho menos por un desierto lleno de piedras afiladas, roderas y polvo, ya que pensarás que eso es más para un todoterreno puro. Con este pasa justo lo contrario: si no lo metes ahí, parece que lo estás usando mal. El nuevo Dacia Duster G-Hybrid 150 4×4 es una rara avis en el mercado. No va de postureo, va de utilidad pura. Y lo demuestra en cuanto sales del asfalto.
Mientras los pocos todoterrenos “de verdad” que quedan superan ya holgadamente los 70.000 euros de factura, aquí estamos hablando de poco más de 29.000 euros con este acabado Extreme, el más caro. Esa diferencia de precio cambia la mentalidad: no duele usarlo, no te da miedo arañarlo y no estás cargando con dos toneladas y media. Ligereza es diversión, y aquí se nota mucho.
La novedad es que esta versión ya no usa el tradicional sistema 4×4 mecánico del Duster. A cambio, estrena un conjunto mucho más moderno con una potencia total combinada de 155 CV: motor con hibridación ligera y 140 CV delante, motor eléctrico de 31 CV y 87 Nm de par en el eje trasero y dos cajas de cambios, una automática de doble embrague de 6 marchas para el motor de gasolina y otra de dos velocidades con su embrague para el motor eléctrico.
Este segundo “cambio” es clave: en primera ofrece un par inmediato para trepar o salir de un apuro, y en segunda mantiene el empuje del eje trasero incluso a velocidades altas, hasta 140 km/h. Además, las levas en el volante no son un capricho: permiten gestionar retenciones en bajadas largas o evitar cambios de marcha indeseados en subidas duras.
En Marruecos no hemos tenido circuito preparado, ni arena fina de postal: aquí había piedra, tierra dura, socavones y tramos en los que un SUV normal sufriría de verdad. La marca quería demostrarnos con el Duster que no solo tiene las capacidades técnicas, sino que es duro de verdad. Además, iba tal cual sale del concesionario: llantas y suspensión de serie y neumáticos all season, sin bajar presiones ni recurrir a trucos fáciles.
Los ángulos todoterreno siguen siendo muy buenos, los bajos van muy protegidos y el motor eléctrico trasero queda perfectamente resguardado. Solo con eso, ya transmite la sensación de herramienta y no de “SUV delicado”.
Pero lo realmente interesante es la electrónica que gestiona todo el 4×4. Los modos Eco, Auto, Snow, Mud/Sand y Lock, junto con el Hill Descent no son un adorno: están bien afinados y marcan una diferencia real. En “Mud”, por ejemplo, va en primera del motor eléctrico y el sistema usa los frenos para simular un autoblocante.
En “Snow” trabaja en segunda velocidad. En “Lock”, los frenos actúan con más insistencia para repartir par entre las ruedas. Y sí, incluso la dirección cambia su asistencia según el modo. También nota.
Otra característica del Dacia que también me ha sorprendido es la capacidad que tiene para absorber baches, piedras y todo tipo irregularidades, gracias a su ligereza y a una puesta a punto de la suspensión claramente más enfocada al campo que la de su hermano mayor, el Bigster. Y no solo absorbe bien: también controla la carrocería a alta velocidad por caminos de tierra. De hecho, llegué a rodar con cierta comodidad por encima de los 100 km/h en pleno desierto, algo con lo que muchos SUV no pueden ni soñar. Eso lo convierte en un cacharro bastante más divertido de lo que cabría esperar.
Otro detalle importante es que cuando el terreno se complica frena bien. El tacto del pedal es consistente y la puesta a punto del ABS en tierra está muy lograda, aportando mucha confianza en frenadas fuertes sobre superficies deslizantes, algo clave cuando vas rápido por pistas abiertas.
En nuestra ruta de alrededor de 100 kilómetros por el desierto, alternando trepadas, zonas rápidas y tramos muy rotos, el consumo real fue de 11,2 L/100 km. Para un híbrido suena alto; para un 4×4 automático que va al límite durante horas, es un dato francamente bueno. No obstante, homologa 4,6 l/100 km. Un consumo realmente bajo para ciudad.
La marca asegura que esta nueva tecnología iguala las capacidades del anterior Duster 4×4 mecánico, pero ahora con un uso más fácil, menos consumo, menos emisiones, mejores prestaciones y una autonomía que supera los 1.500 kilómetros gracias al depósito dual de gasolina y GLP. Y no es solo un híbrido “de pegatina”, la marca asegura que en conducción normal puede funcionar hasta un 60% del tiempo en eléctrico en ciudad.
El Duster G-Hybrid 150 4×4 no pretende competir con iconos del todoterreno. No lo necesita. Su virtud está en otro sitio: te atreves con él sin sufrir, porque es duro, sencillo y honesto. Y porque ofrece un nivel de capacidad off-road más que suficiente para disfrutar de verdad sin gastar un dineral.
¿Que otro coche podría hacer esta pista? Seguro. ¿En cuál te atreves a hacerlo sin sufrir por la factura del taller? Ahí es donde este juega en otra liga.
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Por ·Álvaro Ortega