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Los coches fabricados en China pierden más valor en tres años que las marcas generalistas europeas, según el informe Ganvam-DAT.
Comprar un coche nuevo ya no solo va de elegir diseño o prestaciones. Cada vez más conductores miran con lupa cuánto valor conservará su vehículo en unos años, especialmente con la llegada masiva de las marcas chinas al mercado español.
Según el último informe Ganvam-DAT, los coches de origen chino retienen solo un 60,7 % de su valor inicial tras tres años, frente al 65,5 % que mantienen las marcas generalistas europeas o japonesas. Esa diferencia de casi cinco puntos puede traducirse en miles de euros de pérdida en el momento de la reventa.

La electrificación, clave en la pérdida de valor
La principal causa está en la fuerte apuesta de los fabricantes chinos por la electrificación. Marcas como BYD, MG, Omoda o Jaecoo han enfocado su estrategia en los eléctricos e híbridos enchufables, un segmento donde la tecnología avanza tan rápido que los modelos se quedan antiguos antes de tiempo.
Las mejoras constantes en autonomía, baterías y tiempos de carga hacen que un coche lanzado hace tres años parezca ya de otra generación. Esa evolución exprés, unida a la caída progresiva de precios, empuja hacia abajo el valor residual de los modelos chinos.
Según el informe Ganvam-DAT, los vehículos eléctricos son los que más se deprecian del mercado, conservando solo alrededor del 53 % de su valor inicial tras tres años, mientras que los híbridos enchufables (PHEV) mantienen cerca del 66 %. Esta diferencia refleja el impacto del avance tecnológico: cada nueva generación de baterías y mejoras en autonomía hacen que los modelos anteriores pierdan atractivo rápidamente.
En el caso de las marcas chinas, con una estrategia muy centrada en la electrificación, esta rápida evolución tecnológica se traduce en una pérdida de valor más acusada frente a los fabricantes tradicionales, ya que un vehículo eléctrico se devalúa mucho más que un coche térmico.

La percepción del comprador europeo
Aunque la calidad y la seguridad de los coches chinos han mejorado notablemente, los consumidores europeos todavía muestran cierta desconfianza. “No hay una experiencia contrastada de cómo envejecen estos vehículos con los años”, apuntan desde DAT.
La fiabilidad y la durabilidad siguen pesando mucho en el mercado de ocasión, y eso penaliza a unas marcas que aún construyen su reputación fuera de Asia.
España, terreno “nuevo” para las marcas chinas
Paradójicamente, España es uno de los países europeos donde más crecen las matriculaciones de vehículos chinos. Seis marcas BYD, MG, Omoda, Jaecoo, Ebro y Leapmotor concentran el 94 % de las ventas y ya suman un 9,5 % de cuota de mercado.
Aun así, el 70 % de esas matriculaciones provienen de clientes particulares. Las empresas y flotas de alquiler siguen prefiriendo fabricantes tradicionales con mayor valor residual.

El reto: convencer a largo plazo
Con precios agresivos, tecnología puntera y ayudas como el Plan Moves, los fabricantes chinos han logrado abrirse hueco en el mercado español. Sin embargo, su gran desafío será demostrar que sus coches no solo son más accesibles, sino también duraderos y capaces de mantener su valor en el tiempo.
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