Disfruta el cambio de coche
Hace un año, muchos pensábamos que Jaguar había perdido el norte. La presentación del radical Type 00 no solo rompía con todo lo que conocíamos de la marca británica, sino que lo hacía de forma deliberadamente provocadora. Comentarios como “se han suicidado”, “esto es una broma”, o “una Jaguar para influencers” inundaron redes, foros y secciones de comentarios. Yo mismo dudé. Pero hoy, puedo decirlo: quizás estábamos equivocados.

Lo que al principio parecía un desvarío de marketing –una ruptura caprichosa con el legado de Jaguar– ha terminado generando justo lo que más necesitaba la marca: ruido, conversación, atención real. Y eso, en una industria donde el silencio mata más que el error, es vital.
De provocar rechazo a crear deseo
El Jaguar Type 00 no es un coche de producción, lo sabemos. Es un concepto. Pero también es un mensaje. Y como todo mensaje disruptivo, su primera misión es ser imposible de ignorar. Lo ha logrado. Las cifras lo respaldan: millones de visualizaciones, miles de comentarios, y algo más valioso que los likes: opiniones polarizadas que colocan a Jaguar de nuevo en el mapa cultural.
Sí, el lenguaje de diseño es agresivo. Sí, la reconfiguración total de la marca puede haber dolido a los puristas. Pero ¿de qué sirve aferrarse al pasado si nadie te está mirando?. Jaguar no podía sobrevivir solo de nostalgia, y su anterior estrategia lo demostraba: ventas en caída, relevancia mediática casi nula, y una identidad diluida en SUV premium que no emocionaban ni al más fanático.
Ahora, al menos, todos están hablando de Jaguar otra vez. Y en un mundo saturado de eléctricos de diseño genérico, eso vale oro.

¿Y si este es solo el comienzo?
Quizás este no sea el coche definitivo, pero es posible que el Type 00 sea la señal de que Jaguar ha entendido algo que otras marcas aún no: que la emoción y la identidad pesan más que la eficiencia o la ficha técnica, especialmente en el segmento de lujo.
Hay riesgo, sí. Puede que la ejecución no sea perfecta. Y el futuro comercial de esta nueva era aún está por escribirse. Pero si esto era un suicidio, es el más ruidoso, fotogénico y comentado que hemos visto en la industria en años. Y eso, en realidad, es exactamente lo que necesitaba Jaguar para resucitar.
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