¿Qué diferencia hay entre las luces de posición, las de cruce y las de carretera?

Todos los coches que se venden en nuestro país incorporan, por normativa y desde hace ya muchas décadas, varios tipos de luces. Todas ellas están incorporadas en el mismo sistema de iluminación, que puede componerse de una o más ópticas en función del modelo y fabricante. Aunque probablemente todos sabemos qué hacer para que nuestro automóvil encienda una u otra luz, aquí repasamos el nombre con el que se designa a cada cual y su verdadero propósito.

La iluminación es uno de los elementos más importantes de cualquier vehículo en términos de seguridad, ya que permite a sus usuarios ver y ser vistos. Por este motivo, es un sistema con el que no merece la pena ahorrar dinero mediante bombillas baratas o la evasión de su debido mantenimiento, especialmente en invierno. Antes de conocer los tres tipos de luces de un coche y su principal utilidad, aquí puedes leer sobre la evolución de la iluminación en los automóviles.

Luces de posición

Por luz de posición se entiende aquella cuya misión es indicar la situación espacial del vehículo y su tamaño aproximado. Su trabajo no es iluminar la calzada sino permitir que otros usuarios de la vía perciban el coche en cuestión en las proximidades cuando circule por las calles de una población y por vías interurbanas o travesías, tal y como se indica en el Reglamento General de Circulación. Desde hace bastantes años, la luz diurna (automática y LED) es la equivalente.

Luces de cruce

Más conocida como luz “corta”, es la que se debe conectar en cualquier vía siempre que sea de noche o haya niebla, nieve, lluvia intensa, polvo o humo, con independencia del momento del día. También cuando se pase por túneles o carriles reversibles. Los coches modernos la accionan automáticamente, pero en los más antiguos se ha de encender manualmente. Su objetivo es iluminar la calzada y su entorno sin jamás deslumbrar o molestar al resto de conductores.

Luces de carretera

Popularmente denominada luz “larga”, es la que sólo se utiliza de noche y en carreteras con escasa o nula iluminación mediante infraestructura fija. También se emplean en situaciones diurnas muy puntuales para hacer ráfagas de luz cortas. Su finalidad es iluminar la calzada y su entorno, pero se ha de ser consciente de que su inclinación y potencia pueden deslumbrar a otros vehículos. Según las normas de circulación, no se pueden activar en una población.

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