Disfruta el cambio de coche
Tras la presentación técnica del Porsche Cayenne Electric, estas son nuestras primeras impresiones del nuevo SUV eléctrico alemán.

Potencia y tecnología heredadas de la Fórmula E

Chasis, confort y capacidad todoterreno
El Cayenne Electric estrena la nueva suspensión activa Porsche Active Ride, que mantiene la carrocería nivelada al acelerar, frenar o en curva y mejora la capacidad de superar obstáculos de los ejes en off-road. Lo novedoso de este sistema es que, para nivelar la carrocería, emplea los propios amortiguadores, en vez de las barras estabilizadoras activas, como las del Porsche Panamera. La dirección trasera reduce el radio de giro en ciudad y suma estabilidad en autopista. Y otro detalle: puede remolcar hasta 3,5 toneladas, una cifra poco habitual en un SUV eléctrico.
De serie el Cayenne Eléctric incluye suspensión neumática adaptativa con programas específicos para carretera y fuera de ella. En opción, no pueden faltar los frenos cerámicos Porsche Ceramic Composite Brake (PCCB), que mejoran la resistencia a la fatiga y reducen el peso.

Autonomía y carga ultrarrápida
La batería del Cayenne Electric tiene hasta 113 kWh de capacidad, con la que ofrece más de 600 km de autonomía homologada. Técnicamente es una de las baterías más optimizadas gracias a que presenta refrigeración por ambas caras para alargar su vida útil y sostener potencias de carga altas. En cargadores hasta 400 kW, pasa del 10 al 80 % en menos de 16 minutos y puede sumar unos 300 km en alrededor de 10 minutos. Además de la potencia de carga, Porsche ofrece el modo Quiet Charging, que baja la velocidad de los ventiladores en climas cálidos para cargar de forma más silenciosa (por ejemplo, de noche en casa).
Como novedad para el hogar, contará con carga inalámbrica (Porsche Wireless Charging) de hasta 11 kW mediante una base en el suelo que evita el uso de cables. Su uso es extremadamente sencillo: basta con tener la plataforma en el suelo del garaje y aproximar el coche lentamente siguiendo unas indicaciones en la pantalla hasta que queda posicionado para la carga, que se activa automáticamente. Puedes ver un ejemplo de uso en el siguiente post de Instagram.
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Interior: sin abusar de las superficies táctiles
El habitáculo tiene cierto diseño inspirado en el 911, con una superficie mullida justo por debajo de la pantalla multimedia para apoyar la mano y darle estabilidad. Porsche llama a su pantalla Flow Display, una pantalla OLED curva que se une a un cuadro de instrumentos digital y, en opción, a un display para el acompañante. Este tiene como novedad que permite streaming de vídeo incluso en marcha sin distraer al conductor gracias a un filtro de privacidad (el conductor no ve la pantalla desde su posición).
Los asientos delanteros pueden equipar masaje con vibración, con más funciones de masaje que nunca y múltiples programas. Detrás, los asientos traseros son eléctricos de serie para ajustar la inclinación del respaldo y la distancia al respaldo delantero. Porsche ha añadido superficies calefactables en puertas y consola, que se suman a los asientos calefactados habituales.
La conectividad se apoya en el Porsche App Center, con acceso a aplicaciones como Spotify, YouTube o videojuegos, ideal para las pausas de carga gracias a que admite conectar varios teléfonos y emplearlos como mandos de una videoconsola, o incluso usar mandos inalámbricos. Opcionalmente, el Head-Up Display con realidad aumentada proyecta indicaciones de navegación y ayudas a la conducción sobre la carretera.

Mis impresiones en pista
No he conducido el Cayenne, sólo he ido de copiloto, pero me ha bastado para percibir cómo está hecho el coche y qué nivel de prestaciones da. La aceleración es una locura. Más de 1.000 caballos empujando el cuerpo durante varios segundos dejan una impresión y una sonrisa tonta que no se borran en un rato, por muy acostumbrado que estés a este tipo de coches. Activar el “Launch Control”, devorar la recta del circuito y frenar a fondo antes de la primera curva sin que la trayectoria se descomponga un ápice es sinónimo de control absoluto de la potencia.
Pero la magia de Porsche va más allá de cuánto corre: es cómo corre. El Cayenne Electric, gracias a la suspensión activa, gira plano en las curvas, y parece liviano sin serlo. Es firme pero no seco, se sujeta férreamente al asfalto sin recordarte que llevas más de 2.500 kilos lanzados por encima de los 200 km/h. Una sucesión de curvas a fondo te sirven para reajustar tu concepto de “SUV deportivo”. No se me ocurre un escenario en el que pueda hacer falta correr como corre este coche. Y con qué sensación de facilidad lo hace.
Galería de imágenes del Porsche Cayenne Electric
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