Guía completa de pinturas para coche: características y precios

6 de septiembre de 2022 de

Es una de las decisiones más importantes que tomarás sobre tu nuevo coche: el color que tendrá. El color de tu coche puede decirle al mundo algo sobre ti, puede afectar dramáticamente al aspecto del coche y puede afectar radicalmente a su valor de uso. Pero no sólo hay que elegir el color. Hay una gran variedad de acabados de pintura disponibles, que afectan al aspecto del coche y también al bolsillo, como ya te contamos en la guía de ¿cuánto cuesta pintar un coche? Para que saldes todas las dudas posibles, en Carwow te damos una completa guía de pinturas para coche que existen, algunas te sorprenderán por sus características y sus elevados precios.

Pinturas de coche según el acabado

Una de las categorías principales se define por el tipo de acabado que proporciona la pintura. Aunque a simple vista no lo pueda parecer, hay muchas opciones posibles. Algunas básicas y otras mucho más complejas que juegan con diferentes tonos y profundidades que permite alterar la tonalidad en función del punto de vista o de la forma en la que incida la luz.

Pintura con acabado sólido

La gran mayoría de los coches vienen con un acabado de pintura “sólida” de serie. La mayoría de los fabricantes sólo ofrecen una selección limitada de tonos sólidos: normalmente blanco, rojo, azul y negro. Pero incluso en esa gama, suele haber una gran variedad de tonos entre los que elegir. Así que, tanto si quieres que tu coche pase desapercibido, como si quieres que destaque entre la multitud, deberías poder encontrar un color apropiado sin tener que gastar dinero extra.

Generalmente los acabados sólidos no suponen un precio extra porque son sencillos de producir. La reparación de la pintura sólida es fácil: los pequeños desconchones pueden rellenarse simplemente con un rotulador de retoque del tono adecuado. Las reparaciones más importantes también son relativamente fáciles, ya que la pintura se seca rápidamente con la ayuda de una simple lámpara de calor. Incluso puedes hacerlo en casa, ya que el equipo necesario es barato y es fácil conseguir un acabado uniforme.

No obstante, hay que tener cuidado para evitar la temida “piel de naranja”. Esto ocurre cuando las capas se separan, normalmente porque la humedad ha entrado mientras se aplicaban. Puede que no sean los colores más interesantes, pero los acabados de pintura sólida son sin duda los más baratos y fáciles de cuidar.

Pintura con acabado metalizado

Las pinturas metalizadas reflejan la luz para conseguir un brillo mucho más intenso que las sólidas. Están disponibles en una mayor variedad de colores y añaden relativamente poco al coste del coche, desde unos 500 euros en los coches pequeños. El brillo proviene de una pequeña cantidad de polvo de aluminio mezclado en la pintura. Las partículas metálicas captan y reflejan la luz, de ahí el brillo. Las múltiples capas de pintura y laca -que explican en gran medida el coste adicional- contribuyen al efecto.

Los colores metalizados lucen mejor bajo la luz natural directa, pero incluso en un día apagado siguen brillando. La suciedad es más evidente en los acabados metálicos que en los sólidos, por lo que es posible que tengas que limpiar el coche más a menudo. Eso sí, ten cuidado, ya que la pintura se marca más fácilmente. Utiliza un jabón adecuado para el coche -el detergente contiene sales abrasivas- y asegúrate de que no hay arenilla en la esponja. Un pulido excesivo provoca marcas de remolino y los cepillos de los lavaderos también pueden dejar marcas. Pero las marcas suelen poder eliminarse con cuidado.

La pintura metálica es más difícil de reparar, ya que es complicado conseguir una coincidencia exacta. Incluso los talleres homologados por el fabricante no ofrecen ninguna garantía. Aumentan el coste y requieren más cuidados, pero los acabados metálicos aumentan significativamente el atractivo visual de un coche y a menudo aumentan su valor de uso. También son más caros de asegurar, por lo que el precio de la póliza de seguro será más alto para los coches con pintura metalizada.

Pintura con acabado mate

Los acabados mate no brillantes no son una opción habitual porque suelen venir sólo en tonos plateados, grises o negros. Y porque cuestan mucho. Hay varios métodos para conseguir un acabado mate: utilizar una imprimación con un alto contenido en epoxi, un alto contenido en PVC en la propia pintura o un agente aplanador en la laca. Sea cual sea el método utilizado, la pintura absorbe más luz de la que refleja, produciendo un brillo apagado con una cierta textura del color que resulta atractiva.

Los acabados mate requieren mucho mantenimiento: hay que limpiarlos regularmente con champús y abrillantadores especializados. Los excrementos de los pájaros deben limpiarse lo antes posible, ya que contienen ácidos que corroen el acabado con bastante rapidez. Como era de esperar, los acabados mate son muy difíciles y caros de reparar adecuadamente. En cuestión de gustos no hay un término justo, o te gustan o no. Si te gustan, puede que pienses que el gasto extra y las molestias merecen la pena. Pero no te sorprendas si tu coche resulta difícil de vender.

Pintura nacarada o perla

Las pinturas nacaradas brillan aún más que las metálicas, y también cuestan más de estas, varios miles de euros. Los fabricantes convencionales suelen ofrecer una gama limitada de colores nacarados, y no todas la ofrecen, pero las marcas de gama alta parecen ofrecer docenas, e incluso permitir al cliente seleccionar un tono completamente personalizado, previo importante factura, claro. El brillo nacarado lo crean los cristales de cerámica de la pintura, que reflejan y refractan la luz. Esto confiere al color una profundidad que ni siquiera los metálicos pueden igualar. Y bajo una luz intensa, los tonos más claros se vuelven iridiscentes y parecen ser de diferentes colores desde distintos ángulos, a veces con un efecto espectacular.

Por otro lado, las pinturas nacaradas son aún más susceptibles a las marcas y más difíciles de reparar que las metálicas. Si se mantiene sin marcas, el nacarado tiene un aspecto absolutamente fantástico. Lo que ayuda a aumentar su valor. Si tu coche tiene pintura nacarada es muy recomendable poner un vinilo protector transparente que cubra todo el coche, de esta forma evitarás dañar la costosa pintura con pequeños golpes o roces.

Acabados especiales

Si nada de lo anterior te convence, varios fabricantes de coches y talleres de personalización utilizan otras técnicas para conseguir acabados aún más brillantes en una gama de colores aparentemente infinita. Pero hay que pagar por ello. La superposición de tonos más claros sobre colores más oscuros -el rojo sobre el negro, por ejemplo- puede crear un llamativo efecto tintado. La superposición de diferentes pinturas nacaradas puede crear un efecto multifacético que estalla en todo tipo de colores diferentes a la vez cuando le da el sol.

Yendo aún más lejos, la mayoría de los fabricantes de coches de gama alta pueden crear cualquier color que desee. Si quieres que tu coche vaya a juego con tu pez de colores, o quieres un color completamente nuevo, estarán encantados de complacerte. Atento a la factura final. Hay aún más posibilidades si compras un coche de fibra de carbono. Pagani, por ejemplo, puede añadir un tinte de color a la fibra de carbono durante el proceso de fabricación del material, por el precio de todo un Ferrari nuevo. Bugatti cobra una cantidad similar por no tener nada de pintura, sólo fibra de carbono desnuda y altamente lacada. Solo el dinero y la imaginación pueden suponer un problema.

Pinturas de coche por capas

Es hora de hablar de los tipos de pintura para coche en función del procedimiento de pintado. Para que sea más fácil de entender, es diferenciar los trabajos en función del número de capas de pintura que se le hayan aplicado al coche. De esta forma se reconocen los siguientes tipos:

Pintura monocapa

Como su propio nombre indica es la pintura más básica y sencilla de aplicar de todas las que hay en el mercado. Cada vez se usa menos en la industria, aunque sigue siendo corriente verla en vehículos industriales como camiones o furgonetas, donde el acabado de pintura no es lo más importante. El procedimiento es muy sencillo. En una sola capa se aplica el color y todas las opciones de protección como la laca, por lo que no es necesario aplicar barniz tras la primera pasada. Entre sus ventajas destacan la rapidez de aplicación, la dureza del resultado y el bajo precio. El inconveniente principal es la calidad del acabado, ya que por norma general se aplica en blanco industrial.

Pintura bicapa

Aumentamos en una las capas finales del trabajo de repintado. La pintura bicapa consta de dos partes: capa base y barniz. En la primera pasada se aplica el color del coche. Se trata de una base que aporta la tonalidad de la carrocería pero que por sí sola no presenta cualidades de protección. Es la segunda capa, el barniz, el que refuerza la pintura, haciéndola más resistente a los elementos y al paso del tiempo. La ventaja principal es que no existen limitaciones de color o de acabado, pues permite opciones sólidas, metalizadas e incluso nacaradas. El inconveniente es que resulta más complicada de aplicar y también más costosa.

Pintura tricapa o multicapa

Llegamos al nivel más alto de excelencia en el mundo de las pinturas para coches. Al igual que en el caso anterior, el procedimiento se divide en tres pasos: capa base, capa de efecto y capa de barniz. La primera aplica el color, la segunda el efecto deseado (generalmente perlados o translúcidos) y por último el barniz que protege todo lo anterior. En los casos más extremos, en los procesos de personalización más caros, puede haber varias capas seguidas de color o efecto. Rolls-Royce llega a aplicar hasta siete capas de pintura, llegando a gastar más de 30 litros de pintura por coche.

La ventaja principal de este procedimiento es la elevada personalización que se consigue y la calidad de los acabados si el trabajo se ha hecho correctamente. Se suelen emplear materiales caros ejecutados por personal muy cualificado, lo que supone que el precio es imposible de definir. El trabajo de pintura más caro que existe está en posesión del Koenigsegg Jesko con 34 capas de pintura y que cuesta más de 20.000 euros.

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