Interior y maletero del Toyota bZ4X

Resumen general

El interior del bZ4X es cómodo, está bien resuelto para ser práctico en el día a día y se puede llenar de una cantidad de equipamiento opcional grande, como corresponde a lo habitual en coches eléctricos de este segmento.

Es un habitáculo de presentación sobria, en el que la presencia del color negro lo inunda todo. Las zonas peor resueltas son las que van adornadas con plástico negro brillante, primero porque no da una apariencia de ser muy sólido, y segundo y peor, porque la consola central refleja con facilidad la luz solar que entra por el parabrisas, y acaba deslumbrando y molestando a conductor y copiloto. Las superficies en "negro piano" son comunes a muchos coches en la actualidad y una moda no especialmente acertada (a mi criterio), pero en el bZ4X está particularmente mal resuelto el reflejo que produce la consola central por la luz que incide verticalmente.

Opcionalmente se puede equipar un techo que capta la energía solar para cargar la batería, tanto con el coche parado como en marcha. Según Toyota, durante un año de uso puede llegar a recuperar la energía necesaria para recorrer hasta 1800 kilómetros. Obviamente, es incompatible con la opción de techo panorámico de cristal. En nuestra galería de fotos tienes una imagen de cómo se ve el techo con este equipamiento.

Las mejores cotas que ofrece el bZ4X son las de anchura entre puertas y longitud para las piernas. La primera es excelente en comparación con la que ofrecen otros SUV eléctricos como el Volkswagen ID.4, el Tesla Model Y o el Ford Mustang Mach-E. La amplitud disponible para que los pasajeros de la segunda fila estiren las piernas también es muy buena, aunque ese sí es un dato generalizado entre SUV eléctricos y sólo si se enfrenta a un Toyota RAV4, se nota la ganancia en batalla, pues hay 4 centímetros más de cota.

Lo peor resuelto es la de altura disponible hasta el techo. Es suficiente para pasajeros de gran estatura, pero no se van a sentir holgados como sí ocurre en un Volkwagen ID.4, en el que hay nada menos que 10 centímetros más de espacio para la cabeza. Atrás la cosa se iguala más con sus rivales y sólo hay un par o tres centímetros de desventaja.

El acceso a todas las plazas es cómodo y sencillo gracias a la forma y la apertura de las puertas. Una vez dentro, los asientos recogen bien el cuerpo y resultan cómodos para afrontar viajes largos, aunque tanto conductor como pasajero podrían echar de menos un poco más de apoyo en la zona baja de los muslos, por debajo de las rodillas, como ocurre en los modelos de BMW y Mercedes-Benz cuando disponen de banqueta con regulación de longitud.

Con 452 litros de maletero, el Toyota bZ4X tiene una clara desventaja frente a otros SUV eléctricos con los que compite. Por ejemplo, un Hyundai IONIQ 5 tiene 588 l de capacidad, un Tesla Model Y, 971 l, un Skoda Enyaq iV, 580 l y un Volkswagen ID.4, 543 l. Sólo el Aiways U5, con 432 l y el MG Marvel R, con 357 l, salen perdiendo en la comparativa.

Toyota emplea en el bZ4X un sistema multimedia diferente al de su gama de modelos actual (que está bastante desfasado). El sistema obtiene la información a partir de una nube de datos y permite hacer actualizaciones y descargar aplicaciones, como hacen Volkswagen o Mercedes-Benz, por ejemplo. Se maneja a través de una pantalla táctil de 12 pulgadas. Permite también manejo mediante órdenes vocales y, según Toyota, a través de gestos con la mirada.