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Radares: tipos y funcionamiento, todo lo que debes saber para evitar sus multas

1 de junio de 2021 de

La red de carreteras está sembrada de diferentes artilugios que vigilan, controlan y, llegado el caso, multan. Son cámaras y radares de tráfico que se instalan con el pretexto de fomentar la seguridad vial pero cuya actividad hacen que el clamor popular los vea como pretextos legales con fines recaudatorios.

Tanto la Dirección General de Tráfico como otros organismos públicos con competencias en materia de tráfico, tienen potestad y ponen en funcionamientos un variado repositorio de dispositivos de control de la actividad sobre el asfalto. Desde los que controlan la velocidad al uso del cinturón, cámaras y radares se posicionan sobre las calzadas con el fin de capturar infracciones y sancionar a sus infractores.

El abanico de ingenios puestos al servicio de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, de los diferentes cuerpos de policías locales o autonómicos, o los mismos funcionarios de la DGT, crece con el avance de la tecnología. A menudo no los tenemos en cuenta a la hora de calcular el coste de un viaje,  pero ahí están, para aumentarlo si nos descuidamos.

Desde los primitivos cinemómetros fijados a pie de cuneta hasta los últimos drones, que no multan pero permiten denunciar violaciones del reglamento de circulación, sirven como herramientas de trabajo de los agentes al cargo o actúan de manera autónoma, si se trata de dispositivos programados para actuar de manera automáticas.

Según el tipo de radar, se distinguen diferentes grupos:

Radares fijos

Son aquellos dispositivos que están situados de manera permanente y definitiva en un punto y elemento concreto.

Son tanto los radares que se ubican en pórticos sobre la calzada como en armazones a pie de asfalto. Por su naturaleza, no pueden ni deben manipulados una vez instalados, de tal forma que su actividad debe ser siempre de manera estable, no pueden ser movidos de donde hayan sido fijados y su ubicación viene a ser publicada por la DGT en su listado actualizado.

Radares de tramo

Son una variante más actual y se integran dentro del grupo de radares fijos ya que, establecido el del punto de inicio y otro de fin del control, los dos dispositivos controlan y establecen la velocidad media a la que un vehículo ha circulado entre los citados puntos de control de entrada y salida a tal segmento.

No fijan directamente la velocidad a la que se circula en el momento que se captura la matrícula del vehículo entrando al tramo vigilado ni a la que lo hace tras pasar por delante de la que cierra el control sino que calcula la velocidad media según el tiempo en el que se ha realizado la distancia entre ambos mecanismos de control.

Radares móviles

Son aquellos que no tienen una ubicación definitiva ni permanente pero sí tramos de actuación.

No debe confundirse un radar que ha sido posicionado en la calzada, de manera temporal, por ejemplo, durante un tiempo de guardia, con el que está instalado de manera permanente. El radar móvil fijado en un elemento de manera estable puede ser instalado en varios puntos de la carretera en una misma jornada. En cambio, en radar fijo no puede ser reposicionado, a menos que se ejecute un traslado autorizado.

Son cinemómetros que permiten conocer la velocidad de paso de un vehículo cuando es detectando circulando frente a estas máquinas.

Helicóptero Pegasus

En los últimos años se han puesto de moda los radares móviles Veloláser pero uno de los más temidos es el conocido Pegasus.

En realidad Pegasus es un conjunto de helicópteros de la DGT que sobrevuelan las carreteras vigilando desde el aire la circulación pero también detectando y sancionando conductas antirreglamentarias.

Dado que, en ambos casos, uno de manera estable y otro dinámico, estos dispositivos son ejemplos de dos tipos de radares móviles, uno que trabaja posicionado en un punto concreto durante un tiempo determinado y el otro que lo hace desde una aeronave en pleno vuelo.

Cámaras de control del tráfico

No pueden considerarse estrictamente como radares, como medidores de la velocidad o del tiempo, ya que no miden estas magnitudes pero si que vigilan el cumplimiento de obligaciones y capturan a quienes las incumplen.

Cámaras de control de semáforos

Posicionados tanto en el propio semáforo como en las proximidades del que acompañan, las cámaras que multan saltarse un semáforo uno en rojo vigilan que ningún vehículo atraviese la línea de detención cuando la luz roja está encendida.

Cámaras de control del uso del cinturón o manejo del teléfono móvil

Físicamente parecidos a los cinemómetros, las cámaras sobre pórticos que reconocen la colocación del cinturón de seguridad sobre los pasajeros distinguen a los viajeros que pertrechan de manera correcta este dispositivo de protección de los que no.

En el verano de 2020, Pere Navarro anunció que algunos de estos dispositivos pasarían a modificar su actividad y se dedicarían a vigilar el uso del teléfono móvil durante la conducción, actividades incompatibles según el reglamento y que podrían acarrear una sanción, de momento, estamos a la espera per, según las intenciones comunicadas por el propio director del ente público, esta será una de las sanciones endurecidas respecto de lo que inicialmente estaban tipificadas por lo que podría entrar a formar parte de las multas más caras.

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