Tres razones para no comprar un “coche mileurista”

24 de agosto de 2022 de

El precio de los automóviles está por las nubes, especialmente el de los de segunda mano. En un contexto en el que la diferencia entre comprar un coche nuevo y uno usado ya es inferior a 2.000 euros, los vehículos de ocasión con 20 o más años de antigüedad (es decir, matriculados por primera vez antes de 2003) han incrementado sus ventas en un 18% durante el primer semestre de 2022.  Esta clase de productos ya suponen una de cada diez transacciones en el mercado al ser los únicos que se puede permitir un sector relativamente grande de la población española con tal de no renunciar a su movilidad privada o individual.

Como consecuencia de lo anteriormente descrito y teniendo en cuenta que en nuestro país ya se venden 2,2 coches usados por cada estrenado, la media de edad del parque móvil nacional ya supera los 13,5 años. Adquirir un automóvil viejo por poco más de 1.000 euros puede ser muy tentador, sobre todo si eres una persona joven y/o con pocos recursos, pero como te explicamos a continuación, no es una buena decisión. Si sigues con dudas, puedes leer más sobre las ventajas y los inconvenientes de comprar un coche nuevo o uno usado.

Conciencia ecológica y de ahorro

Contaminarás más y, normalmente, consumirás más carburante, con el consiguiente perjuicio para tu bolsillo. Pese a que, desde un punto de vista técnico, los motores de combustión de hace 20 años son muy parecidos a los de hoy, presentan una menor eficiencia y sus sistemas para reducir la polución medioambiental son considerablemente distintos. Ahora, estos dispositivos permiten disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y otros compuestos químicos nocivos para la salud en más de la mitad respecto a los de hace un par de décadas. Además, en el mejor de los casos sólo optarás a la etiqueta B de la DGT, poco favorable.

Seguridad a bordo y tecnología

Si en algo han avanzado los fabricantes de automóviles durante los últimos años es en materia de seguridad, tanto activa como pasiva. Los vehículos actuales no sólo protegen mucho más a sus ocupantes en caso de accidente gracias a un mejor estudio de los materiales empleados durante su construcción y de las geometrías estructurales con las que son diseñados, sino que llevan equipados una serie de asistentes a la conducción que a principios del presente siglo eran impensables o quedaban reservados para modelos de muy alta gama. No sólo eso: con un coche de 1.000 euros, olvídate de la conectividad y de un mínimo grado de confort.

Fiabilidad mecánica y electrónica

En la inmensa mayoría de los casos, los denominados “coches mileuristas”, al margen de su edad, tipo de uso y kilometraje, contienen vicios ocultos propios del desgaste o deterioro de algunos de sus componentes, bien sean mecánicos o electrónicos. En general, se trata de automóviles que no han sido correctamente mantenidos y cuya fiabilidad es muy baja. Aunque suelen ser modelos cuyos recambios son económicos y cuyas reparaciones resultan sencillas, es probable que el coste de la mano de obra al que haya que enfrentarse de forma recurrente no compense el bajo precio del producto y sea más inteligente decantarse por otro mejor o más moderno.

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