Si tienes un coche eléctrico y te vas con él de viaje este verano, esto es lo que debes revisar antes de empezar tus vacaciones
5 de agosto de 2025 de David Díez

- Batería
- Cable y conector
- Electrónica de potencia
- Neumáticos y frenos
- Software

Las altas temperaturas no afectan solo a los coches de combustión. Los eléctricos también sufren durante el verano y, aunque su mantenimiento suele ser más sencillo, hay ciertos puntos clave que conviene revisar antes de salir de viaje. La batería, los sistemas electrónicos o incluso los neumáticos se enfrentan a un esfuerzo extra cuando sube el termómetro.
1. Cuidado con el calor: la batería necesita vigilancia
La batería es uno de los componentes más delicados de un coche eléctrico y también uno de los más caros. Aunque muchos modelos cuentan con gestión térmica activa, el calor extremo puede hacer que la autonomía se reduzca o que se limite la potencia del coche. Antes de cualquier viaje largo, asegúrate de que el sistema de refrigeración de la batería funcione correctamente y que el nivel del refrigerante esté donde debe.

Evita además cargar el coche en las horas de más calor. Lo ideal es recargar por la noche o a primera hora de la mañana para minimizar el estrés térmico.
2. ¿Cómo están el cable y el conector?
Aunque muchas veces pasen desapercibidos, el cable de carga y el conector también sufren en verano. Si los dejas expuestos al sol o dentro del maletero a temperaturas muy altas, los plásticos pueden deteriorarse o deformarse. Comprueba que no haya fisuras, deformaciones o suciedad, y asegúrate de que el conector encaja con firmeza.

3. No descuides la electrónica de potencia
Componentes como el inversor o el cargador interno trabajan con altas temperaturas. El calor ambiental eleva aún más su temperatura de funcionamiento y podría provocar pérdidas de potencia, mensajes de error o problemas puntuales. Si detectas cualquier comportamiento extraño, conviene hacer una revisión preventiva.

4. Los neumáticos también sufren más
El peso de un coche eléctrico es mayor que el de uno convencional, y eso afecta directamente a los neumáticos. En verano, el asfalto alcanza temperaturas muy altas, lo que incrementa el desgaste. Revisa la presión antes de salir: llevarla por debajo de lo recomendado no solo afecta al consumo, también a la seguridad.
Además, el sistema de frenada regenerativa puede perder eficacia si la batería está completamente cargada o sobrecalentada. En esas condiciones, el freno convencional trabaja más, por lo que también conviene revisarlo.

5. El software también cuenta
La mayoría de los coches eléctricos modernos ajustan su funcionamiento según la temperatura. Por eso, es recomendable tener el software actualizado y verificar que los sensores de temperatura funcionan correctamente. Si notas cambios bruscos de autonomía o cargas más lentas de lo habitual, podría deberse a un problema de gestión térmica.

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