Las ventajas y desventajas de los coches eléctricos

23 de agosto de 2022 de

Los coches eléctricos han llegado para quedarse. Antes o después todos tendremos un coche eléctrico en el garaje de nuestra casa. Los primeros modelos llevan años recorriendo nuestras carreteras, y los más modernos ya superan en capacidades a los tradicionales coches de gasolina. Pero antes de cambiar de forma de movernos conviene saber cuáles son las ventajas y desventajas del coche eléctrico. Ni todo es tan bonito como lo pintan ni todo es tan malo como parece. Descubramos todos los secretos.

Menor contaminación

Una oleada de concienciación medioambiental recorre el mundo. El planeta necesita deshacerse de emisiones contaminantes para mejorar la atmósfera que respiramos. El tráfico por carretera es una de las partes fundamentales en esa estrategia de reducción de emisiones. Por ese motivo la mayoría de los países desarrollados están empezando a regular la contaminación de sus vehículos.

Los coches eléctricos no usan combustible para circular, por lo que sus emisiones son nulas. Son los mejores coches para las zonas de bajas emisiones, cada vez más corrientes y habituales en nuestras ciudades. En 2023 más ciudades suman zonas de bajas emisiones con las que será casi imposible circular con un coche a no ser que este sea eléctrico. Si quieres no tener que preocuparte de multas y poder pasar con tu coche por donde quieras nada mejor que uno eléctrico.

Etiqueta 0 de la DGT

Como ya sabrás, en los últimos años la Dirección General de Tráfico ha instaurado un sistema de etiquetas medioambientales en función de la contaminación generada por cada coche. Las valoraciones B y C corresponden a los coches diésel y gasolina más viejos, mientras que las pegatinas ECO corresponden a los híbridos. La etiqueta 0 la reserva la DGT para los coches más electrificados, reservando para ellos la mayoría de las ventajas a la hora de circular. Algo muy positivo a tener en cuenta de cara a los próximos años.

Movilidad y aparcamiento

Como veníamos diciendo, el hecho de contar con la etiqueta 0 significa acceder a numerosas ventajas. El poder moverte libremente por la ciudad y las cada vez más habituales zonas de bajas emisiones es una de ellas, pero no la única. También puedes aparcar en la calle sin pagar un solo euro, incluso en algunos aparcamientos públicos ofrecen precios inferiores a la tarifa habitual. Por último, y no menos importante, también es posible circular por los carriles Bus-VAO de la DGT sin tener que cumplir con la normativa del número de pasajeros.

Ventajas fiscales

En aras de una rápida transición a la movilidad eléctrica, el Gobierno central y las autoridades autonómicas y locales han lanzado diversos programas de ayuda a la compra de coches eléctricos. Los conocidos Planes MOVES bonifican la compra de un coche con etiqueta 0, ofreciendo una bonificación de hasta 7.000 euros en el caso de los eléctricos. En el caso de flotas de empresa, el Gobierno también ofrece interesantes desgravaciones, hasta un 30% de descuento en la cantidad a declarar siempre y cuando el vehículo tenga un precio inferior a los 40.000 euros. También existen ayudas para la instalación de puntos de recarga, obligatorios en el caso de un eléctrico.

Potencia

Los coches eléctricos tienen más prestaciones que los coches térmicos. Un motor eléctrico ofrece una eficiencia de trabajo mucho mayor que un coche diésel o gasolina. Más del 90% de la energía que consume se convierte en movimiento, por lo que consiguen mejores prestaciones con menos trabajo. Para conseguir más potencia basta con sumar motores o capacidades en un solo bloque. El mejor motor eléctrico del mercado ofrece hasta 370 kW de potencia, casi 500 caballos de potencia.

No solo la potencia es mayor en un coche eléctrico que en uno térmico, también la respuesta. Con un mejor rendimiento del motor también se logra un mayor par. A diferencia de los coches diésel y gasolina, un coche eléctrico entrega todo su poderío desde un primer momento. La aceleración es brutal, ni siquiera los coches más potentes del mundo son capaces de acelerar tan rápido como un eléctrico. Algunos modelos consiguen bajar de los dos segundos en hacer el 0 a 100 km/h.

Confort de marcha

Otra de las cosas más apreciadas de un coche un coche eléctrico es la calidad de rodadura que transmite. Como no tenemos un motor de combustión que queme combustible, todos los recorridos se harán en el más absoluto de los silencios. El único ruido que podremos notar es el de la rodadura o el aerodinámico, pero teniendo en cuenta que la mayoría de los eléctricos logran coeficientes aerodinámicos muy bajos, ni siquiera eso será un problema. Comodidad en cada recorrido, todo un lujo al alcance de muy pocos coches.

Mayor espacio

Ese menor número de piezas también favorece el tener interiores más espaciosos. La pieza más grande de un coche eléctrico suele ser la batería, que acostumbra a ir instalada entre los ejes. El resto de los componentes apenas ocupan espacio, y eso se nota a la hora de mostrar mejores cotas habitacionales. Coches mejor aprovechados que muestran más espacio para los ocupantes, sobre todo los traseros. Pero esa no es la única ventaja ya que también tienen más volumen de maletero, incluso, algunos modelos, son capaces de contar con dos grandes maleteros, uno detrás y otro delante.

Menos averías

En un coche de combustión hay muchas piezas en movimiento sensibles a sufrir una avería. La menor complejidad técnica de un coche eléctrico les permite ser mucho más fiables. Aunque son poco frecuentes, conviene repasar cuáles son las averías más comunes de un coche eléctrico. Menos averías también significa menor coste de mantenimiento. Aunque habrá que pasar por el taller, los plazos están más espaciados en el tiempo. En cuanto a la ITV, los eléctricos deben presentarse a la cita correspondiente en los mismos plazos que el resto de los coches.

Coste de movilidad

Teniendo en cuenta todo lo que hemos dicho hasta la fecha, el coche eléctrico resulta mucho más económico que uno térmico. Menos mantenimiento, menos averías y no hay que pagar por aparcar en la calle, todo ventajas, pero la principal de ellas es el coste de la recarga. Mientras que la gasolina y el diésel superan la barrera de los dos euros, un coche eléctrico con una autonomía aproximada de 400 kilómetros puede recargarse por apenas 12 euros en una carga doméstica y hasta 30 euros en una recarga pública. Todo un lujo con los tiempos que corren.

¿Cuáles son las desventajas?

Hasta ahora todo transcurre de maravilla. Sin lugar a dudas las ventajas del coche eléctrico superan a las desventajas, pero a la hora de comprar uno hay que tener muy presentes cuáles son esos inconvenientes, pues pueden ser decisivos a la hora de tener una buena experiencia de uso. Estas son las desventajas más importantes de un coche eléctrico.

Precio

Llegamos a la primera y, posiblemente, la mayor desventaja del coche eléctrico. El precio es uno de los argumentos más importantes a la hora de comprar un coche. Los eléctricos no son baratos, o no al menos por el momento. Si comparamos un modelo térmico y uno eléctrico, este último resultará considerablemente más caro, por lo que no resulta tan atractivo a la hora de cambiar de coche. Ni siquiera las ayudas ofrecidas para la compra pueden solventar el problema, porque siguen haciendo la compra más cara. La lista de los coches eléctricos más baratos seguro que te ayuda.

Infraestructura de carga

En realidad esto no es un inconveniente del coche en sí mismo. En España estamos en los puestos de cola en lo que a infraestructura de carga pública se refiere. Hay pocos puntos de conectar tu coche eléctrico, y los pocos que hay muchas veces están ocupados o estropeados, por lo que genera una gran sensación de desconfianza por parte del conductor. Lo mejor y lo más económico es instalar un punto de carga doméstico, pero también cuesta y no siempre es posible cargar en la comodidad del hogar. Se necesitan más puntos de carga, solo hay que echar un vistazo al mapa de puntos de recarga para descubrir el problema.

Tiempos de carga

Llegamos a otro gran inconveniente, ¿cómo cargar un coche eléctrico?. Un coche diésel o gasolina recupera su máxima autonomía en apenas cinco minutos, lo que tardamos en bajarnos, conectar la manguera, repostar y pagar. Un coche eléctrico requiere mucho tiempo para hacer lo mismo. Aunque cada vez se consiguen mejores potencias de carga y menores tiempos de espera, todavía sigue siendo un inconveniente. No es un problema en sí mismo, pero sí un factor que nos obliga a cambiar nuestra forma de concebir la movilidad, y no todo el mundo está dispuesto a, o no puede, sacrificar ese tiempo.

Poca autonomía

Llegó un momento en el que era posible recorrer más de 1.000 kilómetros sin tener que parar a repostar. Desde hace años los coches diésel más ahorradores del mercado son capaces de lograr esa cifra sin despeinarse, pero los coches eléctricos más populares apenas se acercan a esa cifra. La autonomía de un eléctrico depende de muchos factores: temperatura, carga, velocidad, terreno… La incertidumbre con respecto a la autonomía tiene un nombre: “ansiedad de rango”. Si a esto le sumamos la falta de puntos de carga, muchos conductores no se ven seguros para dar el salto.

Pocos talleres especializados

Aunque mecánicamente un coche eléctrico sea más sencillo que uno térmico, son muchos más complejos de reparar por toda la electrónica que llevan asociada. Muchos talleres tradicionales no son capaces de reparar un coche eléctrico, por lo que en caso de avería tenemos que recurrir a servicios oficiales más caros. Por suerte, como ya hemos dicho, los eléctricos tienen muchas menos averías y mantenimiento que los coches de combustión.

Entonces, ¿merece la pena comprar un coche eléctrico?

Esa es la pregunta del millón y, por el momento, no hay una respuesta clara. Como habrás podido comprobar, los eléctricos tienen muchas más ventajas que inconvenientes, pero estos, aunque sean menos, tienen un peso muy importante a la hora de decantar la balanza hacia un lado o a otro. Los coches eléctricos son el presente y el futuro de nuestra movilidad, poco a poco irán saliendo modelos más avanzados a la par que se solucionan los problemas con la infraestructura de carga. En unos años no habrá dudas, pero hoy todavía hay que pensárselo mucho.

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