¿Qué aceite lleva mi coche y cuál es el mejor?

20 de diciembre de 2022 de

Todos los coches de combustión, desde el más pequeño al más grande necesitan lubricante para funcionar correctamente. El circuito de lubricación cumple un papel fundamental y el aceite de motor es el líquido que previene algunas de las averías más importantes que pueda sufrir nuestro coche. En este práctico te vamos a enseñar en qué consiste el recorrido de lubricación, qué tipos de aceite de motor podemos encontrar en el mercado y cuál es el más recomendable para tu coche. Presta atención porque es importante.

Como ya hemos dicho, el aceite es un requisito indispensable para cualquier motor de combustión, tanto para motores diésel como para motores de gasolina. Ambos lo necesitan, y da igual que tu coche sea híbrido o híbrido enchufable, debes prestarle atención. Incluso los eléctricos necesitan aceite, aunque en ese caso no se centra en el motor. En el seno del motor de cualquier vehículo encontramos diferentes canales y surcos que transportan el aceite allá donde sea necesario. Cuando dos piezas metálicas rozan entre sí es necesario poner un agente viscoso entre ambas para que no se sobrecalienten y se destrocen.

Combinado con el circuito de refrigeración, el lubricante del coche permite que todo funcione perfectamente. La falta de cualquiera de los dos puede poner en serio peligro la integridad del motor. Si no hay aceite, o no el suficiente, el motor puede quedar completamente destrozado, por lo que estaremos obligados a cambiarlo por completo. Una de las reparaciones más costosas que existen. Por eso es vital que cumplas con los periodos de revisión estipulados para tu coche. Cada vez que acudas al taller pide que te revisen el nivel del lubricante, y estate atento si detectas alguna pérdida.

Tipos de aceite de motor

Aunque todos puedan parecer iguales la verdad es que en el mercado podemos encontrar muchos tipos de aceites de motor. No todos valen para todos los coches, y por eso te vamos a explicar cuáles son los tipos que existen y qué cualidades presenta cada uno de ellos.

Aceites de motor minerales

Como su propio nombre indica, un aceite de origen mineral es aquél que deriva directamente del petróleo. Tras un proceso de refinado donde se eliminan las impurezas y los hidrocarburos que pueden destrozar nuestro motor, está listo para emplearse. Es el más corriente de todos los aceites que podemos encontrar en el mercado. Tiene una ventaja principal y es su polivalencia. Vale para casi todos los vehículos motorizados.

Es común y eso hace que sea económico, pero también hay pegas. Al no contar con aditivos artificiales no protege contra situaciones climatológicas extremas. Su elevada densidad hace que el recorrido de lubricación sea más lento, lo que a su vez provoca un mayor gasto de combustible y un peor rendimiento. Su ciclo de renovación es muy variado, sobre todo depende de la antigüedad de tu coche, del tipo de motor y del fabricante.

Aceites de motor sintéticos

La tecnología de los coches no evoluciona únicamente en lo que a sistemas de confort y elementos de seguridad se refiere, también se ha producido una gran evolución en el campo de los componentes y los lubricantes. Los aceites de motor sintéticos son una clara evidencia de ellos. Creados en laboratorio, son una combinación entre aceites y aditivos. A diferencia de los lubricantes minerales, los químicos añaden sustancias adicionales para mejorar las cualidades naturales del aceite.

Son los más empleados en el mundo de la competición y el alto rendimiento por numerosas razones: mayor estabilidad química, mejor índice de viscosidad (IV), mayor durabilidad, protección contra clima y corrosión, mejor rendimiento mecánico y menor consumo de carburante. ¿Maravilloso? Sí, claro, pero ¿dónde está la pega? Pues que son caros. Con apenas defectos, el precio es el único inconveniente serio que presentan. A pesar de ello es el más recomendable.

Aceites de motor semisintéticos

Como no todo el mundo quiere desembolsar el alto precio de un aceite sintético, en los últimos años ha proliferado el uso de aceites mixtos o semisintéticos. Su nombre lo define claramente. Cuentan con lo mejor de los aceites naturales y lo mejor de los lubricantes sintéticos, aunque no son tan perfectos como estos últimos. Lo primero es el precio. Se sitúan en un término medio entre ambos compuestos, aunque claramente son más costosos que los aceites de origen natural. En función de la calidad del fabricante puede producirse una disociación de los aditivos, lo que supondría perder cualidades. No es lo común.

La parte positiva es que no son tan caros como los lubricantes sintéticos, y eso que presentan muchas de sus ventajas: resistencia ante climas extremos, mejor lubricación, mejor índice de viscosidad, prolonga la vida del motor, sus revisiones son menos periódicas, no producen sedimentos y mejoran la lucha del motor frente a la corrosión y a la degradación química. Muchos fabricantes apuestan por estos compuestos intermedios, ganando ventaja frente a los aceites de motor más tradicionales.

Aceites de motor de alto kilometraje

Los motores modernos están diseñados con aleaciones capaces de soportar diferentes tipos de lubricantes, pero los bloques más antiguos no responden tan bien ante compuestos nuevos. Para los motores más antiguos están destinados los aceites de alto kilometraje. Tienen una base convencional, pero se incluyen aditivos específicos diseñados para la edad avanzada, como antioxidantes, detergentes, inhibidores de fricción o acondicionadores de sellado. No son fáciles de encontrar, y su precio es ligeramente superior al de los aceites mixtos, pues en realidad es una versión muy específica de estos.

Aceites de motor según su viscosidad

Hasta ahora hemos visto diferentes lubricantes en función de su origen, pero en el mercado también podemos optar por diversos compuestos que se catalogan en función de su viscosidad. En esta clasificación encontramos los aceites multigrado y monogrado. Los primeros también son denominados aceites todo tiempo por su excelente comportamiento para climas extremos. Son muy sofisticados y caros. Resultan ideales para los turismos que circulan por zonas climáticas muy variables. Si el clima no varía en exceso en tu zona te recomendamos los aceites monogrado. Su viscosidad está diseñada para unas condiciones muy precisas de temperatura ambiente.

Viscosidad y densidad del aceite de motor

Hasta ahora no hemos hablado de uno de los aspectos fundamentales a la hora de comprar aceite para el motor de nuestro coche, la viscosidad. El término hace referencia a la facilidad con la que el lubricante discurre por el motor. A diferencia de otros líquidos, como el agua, la viscosidad del aceite de motor varía en función de la temperatura. A temperatura ambiente se comporta como un fluido denso, como si fuese miel. Cuando se calienta se reduce la viscosidad, comportándose como un líquido convencional.

Los fabricantes ofrecen aceites con diferentes grados de viscosidad para así adaptarse a diferentes entornos. En climas fríos el aceite no es el mismo que en climas cálidos ya que el motor no tendrá que sufrir arranques a baja temperatura. Hay seis tipos de aceites de motor diseñados para temperaturas frías: 0W, 5W, 10W, 15W, 20W y 25W. Cuanto más baja sea la cifra mejor es la resistencia a baja temperatura. Los lubricantes para climas medios y cálidos lo encontramos a continuación: 20, 30, 40, 50 y 60. Como ya hemos contado un poco más arriba, los lubricantes más modernos permiten un amplio rango de temperatura de comportamiento, aceites multigrado. Son los más recomendables dada su gran adaptabilidad.

Con respecto al término de densidad existen aceites de alta y baja densidad. El grado densidad más corriente se sitúa entre los 0,68 y los 0,95 kg/l. Por encima de ese baremo catalogamos los aceites de alta o baja densidad. Cada uno presenta cualidades diferentes. Los lubricantes más densos son específicos para maquinarias hidráulicas gracias a su baja capacidad de compresión, pero suponen un peligro para motores convencionales ya que son tan espesos que no consiguen llegar a todos los recovecos de la mecánica. Por el contrario, los aceites de baja densidad no son nada recomendables dadas las impurezas y el bajo índice de lubricación que presentan.

Cómo saber qué aceite lleva mi coche

En España lo más común es el empleo de aceites multigrado 0W-20 para los motores de gasolina y 5W-30 para los motores diésel. Son los más comunes, pero no son los únicos pues cada fabricante determina el mejor lubricante para su mecánica. Al no establecerse un estándar lo mejor para saber qué aceite lleva tu coche es revisar el manual técnico que se acompaña. En ese libro viene especificado el aceite con el que el coche sale de fábrica. Fíjate bien en la referencia y tenlo presente a la hora de cambiar el aceite, aunque recomendamos que la operación no la realices tú sólo a no ser que seas un experto.

Lo mejor es ponerse siempre en manos de profesionales. Ellos te aconsejarán sobre qué lubricante es el que mejor se adapta a las necesidades de tu motor. Si deseas hacerlo por tí mismo debes contar con un elevador, un depósito especial donde guardar el aceite usado para su posterior reciclaje y también un filtro de sustitución. Cada vez que cambiamos el aceite debemos cambiar el filtro para evitar cualquier rastro de sedimentos o impurezas. Una vez más comprueba el aceite recomendado por tu fabricante y opta siempre por el mismo. Para prevenir posibles averías no mezcles aceites. Si quieres cambiar el grado de viscosidad o el tipo de compuesto deberás vaciar al completo el circuito para evitar contaminar el aceite nuevo. No hay ningún problema en ir reponiendo pequeñas cantidades si el coche así lo necesita, pero una vez más asegúrate que es el mismo compuesto.

Aceites según la normativa

En la industria existen dos sistemas estandarizados para la clasificación de lubricantes: SAE y API, el primero es el más extendido en Europa, mientras que el segundo es más propio del mercado americano. Te explicamos qué diferencias hay entre ellos.

  • SAE (Sociedad de Ingenieros Automotrices): Avalado por una de las instituciones más importantes del panorama automovilístico europeo, el sistema SAE expresa la viscosidad del aceite mediante un número, tal y como hemos expuesto un poco más arriba. Si el lubricante es monogrado se indicará con una numeración de 0 a 60. Si se trata de un compuesto multigrado se acompañará de la letra W (Winter) que especifica el grado de viscosidad en invierno. Por ejemplo: un aceite SAE 10W-30 quiere decir que tiene las características de un compuesto monogrado 10 en invierno y de un lubricante 30 en verano.
  • API (American Petroleum Institute): A diferencia del sistema anterior, los americanos especifican si el aceite está indicado para motores diésel (letra C) o para motores de gasolina (letra S). Además también emplea códigos particulares para lubricantes de última generación (SL). A continuación se aplica otro código de letras que identifican el año de fabricación del motor y las pruebas que debió pasar el lubricante antes de ser aprobado.

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