Retrofit: qué es, cuánto cuesta y pasos para convertir tu coche a eléctrico

19 de abril de 2023 de

La llegada de la movilidad eléctrica ha supuesto un punto de inflexión en la vida diaria de todos los conductores. A partir de 2035 Europa prohibirá la venta de coches de combustión dejando a los coches eléctricos como la única alternativa posible para moverse. Aunque todavía queda más de una década para ese horizonte de cero emisiones, muchos usuarios se plantean formatos alternativos para mantener con vida sus coches. En el mercado hay muchas opciones posibles, desde convertir un vehículo de gasolina a GLP o cada vez más conocido como retrofit. Esta última opción es menos conocida, pero cada vez hay más empresas que convierten los convencionales coches térmicos en modernas unidades eléctricas.

¿Qué es el Retrofit?

Abocados a la desaparición, los coches diésel y gasolina tienen que buscar formas poco habituales para mantenerse con vida. El retrofit es un procedimiento por el cual el motor de combustión se sustituye por un conjunto 100% eléctrico. Es decir; convertir un coche diésel o gasolina en uno eléctrico. Es un procedimiento que entraña ciertas complicaciones, pero muy efectivo para conseguir la preciada etiqueta CERO de la DGT. Un distintivo que se está volviendo esencial para poder moverse por la ciudad sin tener que sufrir las consecuencias de las cada vez más habituales Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) o protocolos anticontaminación.

Ventajas y desventajas del Retrofit

Como todo cambio radical que se precie, aparecen numerosos problemas y ventajas a los que tener que hacer frente. Los coches eléctricos tienen muchas ventajas y algunos inconvenientes que todos conocemos y sabemos. Si a eso le sumamos una cirugía reconstructiva tan agresiva debemos tener muy en cuenta a qué nos enfrentamos.

Ventajas

  • Obtención de la etiqueta CERO
  • Acceso a movilidad sostenible
  • Extender la vida útil de nuestro coche
  • Confort de rodadura
  • Menor gasto por kilómetro
  • Acceso ilimitado a Zonas de Bajas emisiones
  • Poder aparcar en la calle sin pagar
  • Menor mantenimiento

Desventajas

  • Procedimiento complejo sólo posible por expertos
  • Complejo sistema de homologación
  • Prestaciones limitadas
  • Coste de la transformación
  • Reducción de la autonomía
  • Dependencia de la infraestructura de carga
  • Tiempos de recarga
  • Garantía de la conversión

¿Qué coches se pueden convertir en eléctricos?

Los procedimientos de transformación mejoran rápidamente. En el mercado podemos encontrar cada vez más empresas especializadas en la conversión de térmico a eléctrico, aunque hay que reconocer que no son muchas las que realizan un cambio tan agresivo. En un principio, salvo contadas excepciones, todos los coches térmicos pueden adaptarse a un formato eléctrico. Los mejores son los coches pequeños y antiguos. Cuantos menos componentes eléctricos tengan es mucho más fácil y cuanto más pequeños sean más práctica será la adaptación por la capacidad de la batería.

Cómo convertir tu coche a eléctrico, paso a paso

Vamos al lío. Tras tomar tan agresiva decisión de cambiar el motor térmico de nuestro viejo coche por un bloque eléctrico moderno es hora de saber qué pasos tenemos que realizar para poder hacer todo el procedimiento de forma segura y lo más sencilla posible. En la actualidad hay diferentes empresas que se encargan del trabajo. Recomendamos ponerse en manos de profesionales ya que estos venden kits homologados que simplifican la burocracia y que permiten adaptarse a diferentes modelos.

Evaluación del vehículo

Lo primero que debemos hacer es acudir al taller especializado para que en un primer paso puedan evaluar correctamente nuestro coche. Es esencial que el coche esté dado de alta en la Dirección General de Tráfico. Como ya sabrás, un coche que esté dado de baja definitiva es muy complicado devolverlo al servicio activo. Es posible, pero los pasos necesarios son excesivamente complicados y no compensa. Con la ITV en rigor, los mecánicos evalúan el estado general del coche para determinar si es capaz de recibir el trasplante. Sobre todo se vigilan zonas estructurales esenciales como el chasis o la suspensión.

Eliminación de los componentes térmicos

Con el visto bueno de los expertos llega la hora de abrir las entrañas de tu coche y eliminar cualquier rastro de combustión de él. Lo primero que desaparece es el motor, seguido de la transmisión, el sistema de escape y el depósito de combustible. Si realizas esta operación en coche -algo que no recomendamos- ten especial cuidado con el depósito porque puede contener combustible o gases inflamables que pueden arder rápidamente. Su deshecho también debe realizarse con cuidado y siempre cumpliendo con la normativa de reciclaje. Deben mantenerse elementos básicos como todo el cableado que sea esencial para el funcionamiento de elementos indispensables. De ahí que la transformación sea más sencilla en los coches más viejos.

Preparación

Tras dejar libre el vano motor y toda la zona inferior del coche, es necesario realizar operaciones intermedias antes de empezar la reconstrucción. La batería debe anclarse al chasis del vehículo, al igual que el motor. Es necesario preparar los anclajes de estos elementos y es bastante probable que se tengan que mover otros componentes para que todo entre perfectamente y quede bien fijado. Los técnicos de la ITV se centrarán en estas zonas tan delicadas, así que este paso es tan importante como la propia conversión.

Instalación de los nuevos componentes

Los eléctricos tienen muchas menos piezas que los coches térmicos. El motor es más sencillo y también los componentes auxiliares. La batería de un coche eléctrico es la pieza más grande, cara y pesada de todas. Su instalación en sí es relativamente sencilla, pero no tanto el cableado que lo acompaña. Debe realizarse con mucho cuidado de no dañar ningún elemento fundamental. El motor eléctrico también requiere cuidados, aunque con apenas unos pernos de anclaje quedará perfectamente fijado al coche. A eso hay que sumar los alimentadores para la recarga, la placa de control, los frenos y la conexión con los componentes eléctricos que se han mantenido.

Pruebas y homologación

Ya tenemos todo instalado, conectado y fijado. Ahora es el momento de saber si realmente funciona y si todo está correctamente instalado. Las primeras pruebas son esenciales y deben realizarse en parado para evitar problemas mayores. Se comprueba que todos los elementos responden, que el coche no ha perdido funcionalidades y que la estructura soporta el nuevo conjunto eléctrico. Si todo recibe la verificación de los expertos llega el delicado momento de la homologación. Debemos acudir a un centro de certificación autorizado para que sean estos los que evalúen y certifiquen la calidad del trabajo. Emitirán un informe con positivo en el caso de que todo esté correcto. Será esencial a la hora de acudir a la ITV . Si todo está correcto recibiremos el visto bueno y ya podremos circular legalmente por la carretera.

¿Cómo es la ITV de un coche convertido a eléctrico?

El Estado se toma muy en serio este tipo de transformaciones ya que suponen un cambio radical en el propio vehículo. Lo primero que comprueban es que el instalador y los componentes estén homologados y certificados para el trabajo. Tomando nota del informe redactado por el centro de certificación, que en caso de ser un taller especializado serán ellos mismos los que emitan dicho informe. La normativa europea requiere que así sea y no se aceptan elementos que no hayan recibido el sello de garantía europea.

También se comprueba la estructura del vehículo y las fijaciones de la batería y el motor. Las piezas se someten a duras pruebas de resistencia y todo el coche es analizado al detalle para comprobar que cumple con la homologación. Además de eso se debe cumplir con los habituales estándares de toda ITV. Se comprueba el reglaje de la iluminación, los cinturones de seguridad, los cierres, neumáticos, suspensiones, frenos y demás componentes mecánicos habituales. En esa parte no hay una diferencia notable con cualquier otro coche que circule por la carretera.

¿Cuánto cuesta convertir un coche en eléctrico?

Esta es la gran pregunta que todo el mundo se hace. Ya te advertimos que no es un procedimiento barato. Si bien algunas empresas venden kits de transformación por apenas 5.000 euros, el coste total de la operación es bastante más costoso. Numerosos expertos reconocen que pueden llegar a invertirse entre 12.000 y 15.000 euros, dependiendo del modelo, el tipo de transformación y de los problemas que puedan surgir en el camino. ¿Es costoso? Sí, pero si tenemos en cuenta que un eléctrico nuevo vale mucho dinero, el precio tampoco parece tan descabellado.

¿Vale la pena?

No podemos darte una respuesta definitiva en este apartado. El precio es elevado y el proceso no es nada sencillo, pero es algo que debemos valorar antes de deshacernos de nuestros viejos coches de combustión. También hay que tener en cuenta que, por homologación, el coche no podrá superar la potencia que aparece en la ficha técnica original, así que tampoco pensemos en un incremento de las prestaciones. Por último, la autonomía de las baterías en este tipo de conversiones es todavía bastante limitada, apenas 100 kilómetros con procedimientos de carga lentos. Obviamente, en los próximos años habrá mejoras, pero ahora mismo son muchos los condicionantes que pueden afectar a la pregunta de si vale o no la pena.

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